Interpretación de sueños

Me gusta recordar lo que sueño por las noches, los detalles que parece se desvanecen, las imágenes que pronto se mezclaran con otros sueños, los olores, memorizar colores… Desde que tengo memoria he sentido algo especial por mis sueños, muchas veces he despertado con una idea fija y por el día he escrito un cuento de un tirón.

Mis sueños son tímidos y escurridizos, no les gusta ser el centro de atracción, así que he debido entrenarlos para que no se escapen y entrenarme para no perderlos. Fuera de explicaciones astrológicas, sin el mínimo conocimiento de psicología, me gusta diseccionar mis sueños en busca de ideas que rondan mi cabeza. A veces juego a me entiendo.

Algunos parecen grandes o mejor dicho súper producciones, paisajes espectaculares, efectos especiales, suspenso… uno de los que nunca quise darle explicación, ni preguntarme que estaba pensando esos días, con la intención de dejarlo así en territorios inexplicables muy cercanos a la magia y los seres mitológicos, fue el que tuve con la hija -aun no nata- de mi mejor amiga.

Ella en ese entonces estaba embarazada yo le había prometido un regalo, pero luego de investigaciones logísticas y detalles de envío opte por el método menos romántico y especial de todos, que es el de depositarle dinero para que ella elija su regalo al otro lado del mundo, pero posponía el envío por una y otra razón, hasta que soñé con una bebé de ojos grandes quien se presentaba como hija de mi amiga y luego teníamos una conversación sobre ella y el futuro, convenientemente ya no recuerdo los detalles, pero los ojos de la niña me siguen dando vueltas por la cabeza. Esa mañana salí con la intención de depositar el dinero. Llame por teléfono para avisarle que debía pasar por el banco, entonces me contesto su pareja y me dijo a gritos “¿Lilyth? ¡Esta en la sala de recuperación! ¡Nació hace diez minutos, es mujercita!” yo me puse a gritar, llorar y reír. Todo al mismo tiempo. Hasta ahora conservo la impresión de que la niña me saludó antes de nacer.

Otro sueño, menos especial que el anterior tiene que ver con un lugar. No se donde se encuentra, ni me interesa si realmente existe, pero suelo repetirlo las noches que me siento en paz. Lo que hago o digo pierde relevancia, lo que me gusta es el lugar que se repite una y otra vez. Es una casa que visiblemente se encuentra en el campo, en la parte trasera hay una piscina y árboles que se mecen con una brisa suave, me resulta muy difícil llevar a palabras estas imágenes, pero cuando sueño en esta casa, me siento a salvo.

Claro que muchos no tienen el más mínimo sentido y solo le sirven a mi mente como método de relajación, como aquel en el que volaba a gran altura y me di cuenta de que no tenía los lentes puestos, baje a casa, me los puse y seguí volando mientras disfrutaba el paisaje… ¿no habría sido mejor que como era un sueño mis ojos puedan milagrosamente ver mejor?...

Mis pesadillas son un tema aparte, en ellas descargo toda la vena creativa. Entonces realizo desdoblamientos, recibo mensajes del futuro o del pasado, y siempre despierto gritando con la esperanza de que mi mamá entre a mi cuarto -como cuando era niña- y me acaricie mientras me convence de que ha sido un mal sueño y que todo estará mejor por la mañana.