Nacer en un país donde el machismo es el “orden natural de las cosas” ha
marcado de manera decisiva mi necesidad de vivir contra corriente y mantener
mis gustos y preferencias lejos de las expectativas que generaban mis ovarios.
O sea, que he pasado gran parte de mi vida intentando definir mi existencia
como mujer libre, fuera de los conceptos que no entendía del todo.
A lo largo de los años, mis lecturas y mis vivencias, he atravesado
diferentes etapas, entre las que se encuentra -y lo digo sin asomo de orgullo-
los años en que confundí el feminismo con un comportamiento varonil e impúdico.
Hacia los treinta me reconcilie, o eso quise pensar, sorpresivamente encontré el
amor y poco a poco fui cerrando las puertas para toparme cara a cara con la
decisión sobre la maternidad.
Durante mis años de infancia, no tengo siquiera una imagen de mi misma
jugando a ser la mamá de mis muñecas, era la decoradora de interiores, la
modista, la profesora… pero nunca la madre. Recordando los hitos importantes de
mi vida amorosa, no resalta un momento en el que haya imaginado un futuro con
hijos con cualquiera de ellos, tal vez una anécdota, pero nada que me creyera
de verdad.
A partir de cierta edad la idea de la maternidad se convirtió en mi
infierno personal y me amenazaba mentalmente con ella cada vez que intentaba
alejarme del camino que yo creía debía seguir… nunca conté con que me casaría, nunca me imagine que llegaría el
momento de tomar decisiones compartidas, de ceder un poco de la propia libertad
en nombre del futuro común.
Y tratando de tomar esta decisión, he ido a terapia, meditación, ejercicios
de alto impacto, encuentros con la naturaleza… buscando una señal, alguien que
me pueda decir “he visto tu futuro y debes hacer esto, o aquello o lo de mas allá”…
pero sé que si existiera la persona lo suficientemente loca como para meterse
en mi vida y decirme cual debería ser mi decisión, buscaría los argumentos para
desacreditarla.
Ya he dejado atrás el miedo, las inseguridades, las cuestiones económicas,
morales… he desarmado pieza a pieza mis conceptos, he desnudado mis ideas sobre
la maternidad y me he quedado en blanco… paralizada al descubrir que no tengo
un lazo empático hacia ella, que los sentimientos que me despierta hablar de la
maternidad, son los mismos que cuando hablo del estado económico de la
aristocracia francesa durante la primera etapa del siglo XIV.
Las personas con las que he hablado no dejan de decirme que me arrepentiré,
pero no creo que el miedo al arrepentimiento deba ser una razón. También me han
dicho que en algún momento se despertaría mi instinto maternal, llevo 36 años esperándolo,
si llega a los 45 francamente se puede ir a la mierda. Las que son madres me
dicen que es lo mejor que han hecho en su vida… prefiero no decir nada al
respecto. Y hay quienes -pocas pero existen- me dicen que la maternidad es un
asunto complicado que te hace vulnerable para el resto de tu vida, simplemente
no encuentro cómo motivarme ante tales argumentos.
Fuera de ideas, de entornos machistas o feministas, intentando tomar una
decisión en el presente sin escuchar los fantasmas del pasado ni temer a los
horrores del futuro me resulta imposible tomar una decisión: Vuelvo al inicio…
tic, tac, tic, tac… a veces pienso que sería mejor lanzar una moneda.
2 Invisibles:
No hay una fórmula mágica, para casi nada, Lilyth, y para esto tampoco. Pero seguro que ya lo sabes.
Decidas lo que decidas o pasa lo que pase, lo más probable, es que lo vivas como algo que 'debía pasar'.
En todo caso, soy de las que piensa, que si hay dudas... es que no..., pero aún así, nunca se sabe. Lo que pueda suceder, sólo el tiempo lo dirá, y sea lo que sea, no creo que vayas a arrepentirte en ningún caso, porque cada historia es única y personal.
Yo tengo tres, ya adultos, y estoy contenta, pero también estoy convencida, de que si no los hubiese tenido, lo estaría igualmente, porque no se puede echar de menos lo nunca se ha tenido. Creo.
¿Cuanto tiempo, verdad? :)
P.D.: dos cosas:
¿Una playa del Maresme? ahí vivo yo, hace ya muuuchos años.
¿Estás en Praga?
Que tal? pues sí, ha pasado mucho tiempo! me gusta la idea de que no se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido. Sea cual sea la decisión es algo que me alivia.
Respuestas, trabajaba en un club de Cabrera de mar... y ahora vivo en Praga, la vida me esta llevando a recorrer el mundo XD
Un fuerte abrazo! gracias por recordarme.
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