martes, 14 de enero de 2014

Sobre la maternidad y otros miedos



Nacer en un país donde el machismo es el “orden natural de las cosas” ha marcado de manera decisiva mi necesidad de vivir contra corriente y mantener mis gustos y preferencias lejos de las expectativas que generaban mis ovarios. O sea, que he pasado gran parte de mi vida intentando definir mi existencia como mujer libre, fuera de los conceptos que no entendía del todo.

A lo largo de los años, mis lecturas y mis vivencias, he atravesado diferentes etapas, entre las que se encuentra -y lo digo sin asomo de orgullo- los años en que confundí el feminismo con un comportamiento varonil e impúdico. Hacia los treinta me reconcilie, o eso quise pensar, sorpresivamente encontré el amor y poco a poco fui cerrando las puertas para toparme cara a cara con la decisión sobre la maternidad.

Durante mis años de infancia, no tengo siquiera una imagen de mi misma jugando a ser la mamá de mis muñecas, era la decoradora de interiores, la modista, la profesora… pero nunca la madre. Recordando los hitos importantes de mi vida amorosa, no resalta un momento en el que haya imaginado un futuro con hijos con cualquiera de ellos, tal vez una anécdota, pero nada que me creyera de verdad. 

A partir de cierta edad la idea de la maternidad se convirtió en mi infierno personal y me amenazaba mentalmente con ella cada vez que intentaba alejarme del camino que yo creía debía seguir… nunca conté con que  me casaría, nunca me imagine que llegaría el momento de tomar decisiones compartidas, de ceder un poco de la propia libertad en nombre del futuro común.

Y tratando de tomar esta decisión, he ido a terapia, meditación, ejercicios de alto impacto, encuentros con la naturaleza… buscando una señal, alguien que me pueda decir “he visto tu futuro y debes hacer esto, o aquello o lo de mas allá”… pero sé que si existiera la persona lo suficientemente loca como para meterse en mi vida y decirme cual debería ser mi decisión, buscaría los argumentos para desacreditarla. 

Ya he dejado atrás el miedo, las inseguridades, las cuestiones económicas, morales… he desarmado pieza a pieza mis conceptos, he desnudado mis ideas sobre la maternidad y me he quedado en blanco… paralizada al descubrir que no tengo un lazo empático hacia ella, que los sentimientos que me despierta hablar de la maternidad, son los mismos que cuando hablo del estado económico de la aristocracia francesa durante la primera etapa del siglo XIV.

Las personas con las que he hablado no dejan de decirme que me arrepentiré, pero no creo que el miedo al arrepentimiento deba ser una razón. También me han dicho que en algún momento se despertaría mi instinto maternal, llevo 36 años esperándolo, si llega a los 45 francamente se puede ir a la mierda. Las que son madres me dicen que es lo mejor que han hecho en su vida… prefiero no decir nada al respecto. Y hay quienes -pocas pero existen- me dicen que la maternidad es un asunto complicado que te hace vulnerable para el resto de tu vida, simplemente no encuentro cómo motivarme ante tales argumentos.

Fuera de ideas, de entornos machistas o feministas, intentando tomar una decisión en el presente sin escuchar los fantasmas del pasado ni temer a los horrores del futuro me resulta imposible tomar una decisión: Vuelvo al inicio… tic, tac, tic, tac… a veces pienso que sería mejor lanzar una moneda.

2 Invisibles:

cristal00k dijo...

No hay una fórmula mágica, para casi nada, Lilyth, y para esto tampoco. Pero seguro que ya lo sabes.

Decidas lo que decidas o pasa lo que pase, lo más probable, es que lo vivas como algo que 'debía pasar'.

En todo caso, soy de las que piensa, que si hay dudas... es que no..., pero aún así, nunca se sabe. Lo que pueda suceder, sólo el tiempo lo dirá, y sea lo que sea, no creo que vayas a arrepentirte en ningún caso, porque cada historia es única y personal.

Yo tengo tres, ya adultos, y estoy contenta, pero también estoy convencida, de que si no los hubiese tenido, lo estaría igualmente, porque no se puede echar de menos lo nunca se ha tenido. Creo.

¿Cuanto tiempo, verdad? :)

P.D.: dos cosas:
¿Una playa del Maresme? ahí vivo yo, hace ya muuuchos años.
¿Estás en Praga?

Lilyth dijo...

Que tal? pues sí, ha pasado mucho tiempo! me gusta la idea de que no se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido. Sea cual sea la decisión es algo que me alivia.
Respuestas, trabajaba en un club de Cabrera de mar... y ahora vivo en Praga, la vida me esta llevando a recorrer el mundo XD
Un fuerte abrazo! gracias por recordarme.