Mi naturaleza irresponsable me ayuda a realizar ciertas declaraciones sin pensar en las estadísticas o el mal uso de los estereotipos. Por esta razón me animo a declarar que estoy convencida que si no sabes envejecer (si es que alguien lo sabe de verdad) aquello que haya sido tu estrella durante la juventud se convertirá en tu cruz. Desarrollo un par de ejemplos para tener una comprensión más clara de lo que quiero expresar con esta frase.
Hablemos por ejemplo de las mujeres hermosas, durante toda su vida han sido blanco de halagos, sonetos y canciones de amor. Por ellas se han conquistado reinados y se han sometido pueblos enteros para demostrar que los conquistadores son dignos de tan solo una de sus miradas. Estas mismas mujeres que han sido bendecidas por la simetría o lo que sea la base de lo que llamamos belleza, se toparan un día -como el resto de los mortales- con una arruga o un hoyito de celulitis. Ese es el punto de quiebre, el momento en que deben tomar una decisión, la calma ante el paso del tiempo o la desesperación.
Quienes iluminaron el mundo con la estrella de la belleza deben aceptar que el tiempo pasa para todos y es en ese momento en el que cada una se enfrenta a un espejo del alma que le muestra el camino. Existen las que aprenden a envejecer y conservan la belleza en otro nivel y al pasar por la vereda el espectador no puede más que pensar “Majestuosa”. Sin embargo, las que no aceptan el paso de los años y prefieren cargar una cruz antes que perder el brillo, suelen caer en manos de cirujanos sin escrúpulos que las estiran y estiran hasta el punto en que pierden la posibilidad de hacer un gesto que no sea el de asombro. O compiten con quinceañeras en el modo de vestir, en el novio más guapo, en la canción de moda del celular…
Otro caso de estrella cruz, les podría suceder por ejemplo a los hombres de mando. El estereotipo al que hecho mano es un ingeniero, no es el único pero si el más claro. Un ingeniero se pasa la vida gritando e indicando como se hacen las cosas. Diseña los caminos y su palabra es ley. Al ser una ciencia exacta, no existe una reunión en la que alguien que no sea su par le pueda decir como se hacen las cosas. ¿Se imaginan ustedes la carcajada general si un poeta le intentara explicar que las carreteras deben tener construirse asa en lugar de así? Piensen ahora en el primer día de jubilación de este ingeniero, nuevamente, los que conservan el glamour se las “ingeniaran” para desarrollar métodos en los que invertir su energía. Los que, ante la pérdida parcial y constante de su poder, se volverán gruñones, intransigentes y solitarios. Hasta el día en que despierten solos pensando ¿en qué momento se convirtieron en cascarrabias?
Podría continuar con los ejemplos, pues no creo que sea necesario ser único o el mejor o el primero. Cada quien tiene una estrella que brillará con fuerza durante la juventud, pero la misma se cobrará cada rayo de luz durante la vejez y si uno no sabe pagar, no sabe crecer, ni envejecer con estilo, cargaremos cruces innecesarias. Me imagino que para evitarlo, uno debe despedirse de su estrella, agradecer los años vividos y dejarla ir a iluminar otros caminos… Pero no lo se y al paso que voy, cargaré incluso las cruces que no me han iluminado mientras eran estrellas.