No voy a negar que lo primero que hice fue ponerme triste, luego pasé por
un estado hipocondriaco e histérico, en el que me escondí para poder gritar a
todo el mundo a mis anchas… y de aquí tuve que salir rápido, no he sido y no
quiero ser del estilo de mujeres que asegura que no puede controlar su estado
de ánimo debido a las alteraciones hormonales de su cuerpo.
Y ahí estaba, intentando comprender la raíz de esa tristeza, el
significado, el significante, la conjunción de los planetas. Me detuve a tiempo
antes de empezar la larga y sinuosa tarea de preguntarle a Dr. Google qué me
iba a pasar a partir de ahora, respire profundo, me senté en mi cojín de
meditación y si bien no pude meditar mucho, por lo menos me mantuvo alejada de
hacer cosas que luego podría arrepentirme.
Como resultado de todo este proceso absurdo que no ha dado más que dolores
de cabeza, he llegado a la conclusión de que si se diera el caso y mi doctora
no puede revertirlo, invitaré a todos mis amigos y festejaremos mi menopausia
prematura.
Quiero organizar una fiesta, porque no creo que deba vivir la noticia como
una tragedia, tal como me lo planteaba al principio; a pesar de ser un evento
que de alguna manera me enfrenta a la muerte (no puedo explicar el retorcido y
largo razonamiento pero llego aquí, por algún camino) o puede que, debido a que
me enfrenta a la muerte, quiero reunir a todos y festejar la vida.
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