Quise rendir un homenaje, disertar sus logros o por lo menos redactar un análisis comparativo entre su época y la mía, pero mi conocimiento no fue suficiente y mis ideas no fueron concretas, así que opte por hacer lo que hago mejor, divagar, dejarme llevar por la imaginación y preguntarme “¿Y si…?” dejando las loas a gente más calificada. A quines esten interesad@s en el tema les invito a pasar por el blog de Utópico que tiene un post muy interesante.
Me pregunto si tendría la fuerza de carácter para renunciar a todo lo conocido por mis ideas, si alguna vez tendré la originalidad de encontrar ideas contrarias a las socialmente establecidas…. Y si a partir de ahí tendría la convicción de vivir de acuerdo a ellas… si podré cumplir con mi sueño de convertirme en bruja de los cuentos y revelar el futuro solo a aquellos valientes que se atrevan a cruzar mi jardín.
No imagino que pasaría conmigo misma si un día despierto y mirándome en el espejo me diría “¡Son burreras! Lo que siempre he querido es ser madre”… ¿podría mirar a los ojos a mi yo del pasado? A la que cree que el mundo es una porquería y que no vale la pena traer vástagos, la que no se siente capaz de hacerse cargo de una vida frágil, la que intuye que tarde o temprano instruiría en todos sus complejos y desventuras…
¿Que seria de mis ideales si llegara el día en que encuentre una pareja y me conforme con ser una mujer florero; si cambiara mis preocupaciones existenciales por la peluquería, la tarjeta visa y todas las compras que puedan caber en mi cesta familiar?
¿Me traicionaría? ¿Involucionaría? ¿O acaso podría aceptar mis cambios bajo el título de Madurar?
Pero por otro lado ¿Qué sucedería si no logro tener la fortaleza de millones de mujeres que cargan sobre sus espaldas niños, maridos, trabajos, perros, gatos y canarios? ¿sería infeliz?
A cien años de su nacimiento, a escasas décadas de grandes revoluciones, me pregunto si Simone de Beauvoir tiene accesos de cólera al descubrir que existen mujeres como yo que no tengo las ideas claras, que ante la falta de norte me dedico a soñar que soy la protagonista de una película ochentera y que a pesar de las desventuras encontraré mi príncipe moderno, tendré el trabajo de mis sueños, mantendré mi hogar sin esfuerzos y que antes de que aparezcan los subtítulos él y yo nos daremos un tierno beso entre los aplausos de la gente que se encuentre a nuestro alrededor.
Me pregunto si tendría la fuerza de carácter para renunciar a todo lo conocido por mis ideas, si alguna vez tendré la originalidad de encontrar ideas contrarias a las socialmente establecidas…. Y si a partir de ahí tendría la convicción de vivir de acuerdo a ellas… si podré cumplir con mi sueño de convertirme en bruja de los cuentos y revelar el futuro solo a aquellos valientes que se atrevan a cruzar mi jardín.
No imagino que pasaría conmigo misma si un día despierto y mirándome en el espejo me diría “¡Son burreras! Lo que siempre he querido es ser madre”… ¿podría mirar a los ojos a mi yo del pasado? A la que cree que el mundo es una porquería y que no vale la pena traer vástagos, la que no se siente capaz de hacerse cargo de una vida frágil, la que intuye que tarde o temprano instruiría en todos sus complejos y desventuras…
¿Que seria de mis ideales si llegara el día en que encuentre una pareja y me conforme con ser una mujer florero; si cambiara mis preocupaciones existenciales por la peluquería, la tarjeta visa y todas las compras que puedan caber en mi cesta familiar?
¿Me traicionaría? ¿Involucionaría? ¿O acaso podría aceptar mis cambios bajo el título de Madurar?
Pero por otro lado ¿Qué sucedería si no logro tener la fortaleza de millones de mujeres que cargan sobre sus espaldas niños, maridos, trabajos, perros, gatos y canarios? ¿sería infeliz?
A cien años de su nacimiento, a escasas décadas de grandes revoluciones, me pregunto si Simone de Beauvoir tiene accesos de cólera al descubrir que existen mujeres como yo que no tengo las ideas claras, que ante la falta de norte me dedico a soñar que soy la protagonista de una película ochentera y que a pesar de las desventuras encontraré mi príncipe moderno, tendré el trabajo de mis sueños, mantendré mi hogar sin esfuerzos y que antes de que aparezcan los subtítulos él y yo nos daremos un tierno beso entre los aplausos de la gente que se encuentre a nuestro alrededor.
3 Invisibles:
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Quisiste y lo lograste. Lo único que ella esperaba es que las mujeres se pregunten cosas a si mismas, sobre si mismas y su realidad. Nada más y nada menos. Ningún conocimiento es suficiente, ni completo… me animo a divagar contigo, es quizá la opción más acertada.
El sólo hecho de estar consciente de que la posibilidad de encontrar ideas contrarias a las socialmente establecidas existe, demuestra que podrías hacerlo. El problema creo yo está en que much@s no están dispuestos en lo absoluto a aceptar siquiera tal posibilidad, lo que directamente le niega a algunos el derecho a diferir, a pensar diferente, a salirse del molde o modelo. Vos en cambio estas abierta a la posibilidad, sabes que tal posibilidad puede ocurrir, y quizás haz coqueteado con tales ‘originalidades.’ ¿No sería lindo ser la bruja de los cuentos? Pero si llegas a serlo, no sólo le reveles el futuro a los que crucen tu jardín, salí a tu jardín, y contáselo a todo el que pase cerca, o abrí un blog, y contánolos a todos los que no podemos, tal vez sólo físicamente, cruzarlo (aunque unos quizás lo crucemos todas las noches…. Buscando noseques y nosecuantos…).
El mundo es una porquería, estoy totalmente de acuerdo contigo, y muchas veces no creo que sea prudente traer personitas a este mundo… quizás porque me siento incapaz de ‘educar’ a alguien. Sin embargo, siento también que una de las tareas/oficios más satisfactorias en la vida de alguien es la paternidad, y si un día me levanto y decido formar una familia, no sentiré que he traicionado a mi yo del pasado, ni que he madurado, simplemente habré tomado una decisión grande y seré el mejor padre posible.
Ahora con respecto a las mujeres, creo que están en todo su derecho de escoger entre tener y no tener hijos/marido, como cualquier otra persona. Pero si un día una mujer encuentra una pareja, le exijo que no sea una mujer florero, que no abandone cualesquiera preocupaciones profesionales, intelectuales, sociales, culturales, políticas, artísticas o de cualquier otro tipo haya esta tenido antes de ‘casarse.’ ¿No sería más bien prudente, que tanto ella como él aborden juntos tales preocupaciones existenciales? ¿No sería más bien lógico, que ambos caminen o se lancen a divagar o a volar por ahí? ¿No sería más bien justo que descubrir el amor, sea saberse iguales, compinches, aliados, amantes, amigos, socios? Porque no creo que ninguna mujer deba abandonar sus sueños, para encajar en el modelo de mujer florero, hay muchas mujeres que están cambiando eso. Mientras más mujeres les exijan a sus maridos, igualdad a todos los niveles, aunque el camino sea un poquito pedregoso… llegarán a destino, o por lo menos abran marcado el camino para sus hij@s. Son cosas diferentes el claudicar y el hallar pareja. Si no hallas alguien que acepte tus sueños, dudas existenciales, éxitos, proyectos, caídas, defectos, así como son, entonces mejor no te cases, no claudiques, seguí buscando. Un día hallaras alguien que no sólo te quiera, sino que te entienda, y que quiera compartir tu vida no solamente casarse contigo. Si decides conformarte, bajo el rotulo de madurar… te diría con sinceridad que te haz traicionado.
Hay millones de mujeres que cargan sobre sus espaldas todo lo que tú dices, y muchas sí son felices. ¿Pero porque tendría esto que seguir siendo así? Creo, con absoluta convicción, que todas las mujeres deberían exigirles a los hombres, no que se sacrifiquen más que ellas, ni mucho menos… Sólo que se hagan cargo del 50 por ciento de las responsabilidades familiares. ¿No es eso justo? Sólo si empezamos a caminar por el camino de la igualdad podemos realmente hallar felicidad. Porque lo que los hombres hallan en sus cristomujeres no es felicidad, es una empleada, y es bueno tener empleada, porque hace para ti, todo lo que vos necesitas y te tiene bien comido, cuidado y dormido. ¿Es eso felicidad? Creo que los hombres seriamos mucho mas felices si no sentimos capaces de compartir nuestros sueños, éxitos, dudas existenciales, fracasos, y todas esas otras cosas… creo que los hombres serían más felices con una compañera/amante y no con una sirvienta.
No creo que Simone de Beauvoir tenga accesos de cólera por tus dudas… porque son producto tanto de nuestro tiempo, como resultado de años y años de educación y ambientación al ‘sistema.’ Por lo menos vos las dudas… otros simplemente ignoran su existencia. No hay nada de malo en tu sueño de película ochentera, mientras no seas la vasalla del príncipe, todo está bien. Y con certeza, no hay nada mejor que terminar todo con un beso, ¿Por qué no?
Bueno lilyth… más o menos, esa es mi respuesta… un poco larga lo se… pero bueno.
Saludos!!
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