No soy lectora asidua de revistas, no tengo nada en contra de ellas, simplemente que busco la información que me agrada en otras fuentes; si quiero aprender algo que lleva un tiempo investigado, acudo a la biblioteca; si quiero investigar, al Internet; si busco (raras veces) cotilleos sobre famosos, veo “Se lo que hicisteis” por que además de conocer los pormenores puedo reírme un poco con sus bromas; si busco entretenerme, me hago con un buen libro y me pierdo entre sus páginas. Así que no, no soy de las que lee revistas, sin embargo me gusta detenerme delante de los quioscos de las esquinas y mirar las portadas de las mil y un revistas que ofrecen.
Algo llama mi atención de estas portadas, en todas ellas (excepto, claro, las especializadas en temas como historia, cultura o viajes como ejemplos) el sexo es tema primordial, no debería asombrarme es cierto, pero no puedo entender porque se insiste en adiestrar a quienes menos lo necesitan.
Las publicaciones destinadas a mujeres que han pasado la adolescencia muestran manuales completos de cómo fornicar como diosas del olimpo, “Mensajes sensuales, erotiza tus caricias”; “Verdadero o falso, ¿Cómo seducir a un hombre?”; “Donde besarle” y se quedan chicos los ejemplos, pero acaso ¿no son los hombres los que pueden encontrar consuelo en una muñeca hinchable?. Sin ofender, pero es bien sabido que un hombre encuentra el orgasmo con mayor facilidad que una mujer. No quiero decir con esto que las mujeres no necesitamos un manual de instrucciones para deleitar a un hombre, simplemente creo que sería mas útil que el tema sea tratado en revistas dirigidas a ellos, para que de una vez por todas se enteren donde diablos queda el punto g.
Artículos como “El clítoris, ese gran desconocido”; “Zonas erógenas, el mundo más allá de la vagina” y similares, podrían ser mucho más útiles para que la mayoría de las mujeres puedan conocer de cerca el mito de los orgasmos múltiples.
Pero no, no existen estas publicaciones, incluso las similares al Playboy en lugar de educar a los lectores en las artes amatorias, con dibujos, mapas y hasta descripciones detalladas acerca del placer femenino, se limitan a mostrar mujeres desnudas entre motos y convertibles dejando la duda si el mensaje final es que puedes montar de la misma manera a todos los artículos de la revista.