lunes, 3 de marzo de 2008

El maravilloso Gimnasio

Paso tres horas de mi semana en el gimnasio, pago una cantidad mensual para que me permitan sudar durante mis horas libres en sus instalaciones, sufro algún tipo de desorden mental que me empuja a envolver las manijas de los aparatos con papel mientras pongo cara de asco al pensar en el sudor desconocido. Tengo una selección de música movida en el mp3 para las rutinas de ejercicios. Sigo al pie de la letra las explicaciones; calentamiento, rutina, elongación…


Practico la paciencia con aquellas parejitas que van al gimnasio juntos y acaparan los equipos sin hacer el mínimo esfuerzo, sin enrojecer si quiera, demostrando a todos los que esperan, que ellos en realidad prefieren la gimnasia horizontal pero están ahí para cumplir con los créditos “extracurriculares” que necesita cualquier pareja que se precie.


Invento falsas teorías acerca del por qué a los hombres bajitos les gusta desarrollar una musculatura exagerada, ¿por qué la necesidad del crecimiento horizontal? ¿para qué tanto volumen? Y cuando dejo salir las bromas crueles de las que muchas veces me avergüenzo, me siento un poco incómoda de mi fácil risa, de dejarme llevar tan rápidamente por los juicios, por creer que “físico culturista bonsái” es un término gracioso.

Protesto silenciosamente cuando mis ojos inocentes topan con algún gracioso que cree que los pantalones cortos de atletismo son aceptables para un gimnasio, debo apartar la mirada precipitadamente cuando estos personajes deciden hacer algún tipo de contorción dejando al aire sus partes púdicas, partes que todos preferiríamos dejara en el anonimato.

Observo, intento imitar, envidio… a la señora que me lleva como diez años y se puede doblar como un pretzel, que tiene la musculatura definida súper femenina y que hasta cuando suda es perfecta…
Y a pesar de mi muy buen comportamiento, de mis esfuerzos por conseguir las metas establecidas, cuando llega lo hora de enfrentarme semanalmente a la balanza, descubro –oh! Vaya sorpresa!- que una semana más no bajé de peso. No me queda mas remedio que consolarme pensando que “Yo no engordo… gano masa muscular”

8 Invisibles:

Guzyfer® dijo...

vaya teoría. Durante muchos años pensé que el obsesionarme con mi peso era una de las formas más adecuadas de reducirlo. Hasta que descubrí una teoría que como psicólogo la acepto y doy crédito al control orgánico a partir de la voluntad y entretenimiento. Comparto los criterios de las parejas que van al gimnasio y de aquellos que comienzan a compensar con mucho ejercicio algún momento de su vida que quedó vacío, al sentirse mal con uno mismo. Sentirte bien contigo mismo, es para mi, el mejor ejercicio que puedes hacer y verás, de ahí en adelante que poco a poco irás logrando lo que te propones, sea en el aspecto físico, mental o espiritual.
Bonito post!... desde mañana iré al gimnasio!!! falta me hace! ;)

utópico dijo...

prometo ya no usar lycra cuando vaya al gym... jajajajaa.... mentira.. nunca lo he usado, eso si, creo que algunas mujeres deberían usar ropa mas suelta, algunas usan ropa demasiado ajustada, y deberían entender que los hombres también somos seres humanos... y partes de nuestro cuerpo son totalmente independientes... jajajaa... así que un poco de pudor, no?

saludos!!

Lilyth dijo...

Guzyer®, gracias, me alegra que hayas disfrutado el post. En general he sido una deportista en potencia jajajaja es broma, hice mucho deporte en los años de juventud y ahora regreso al gym para hacer algo con la energía que me sobra, me ayuda a controlar los nervios ;) pero me gustaría que de paso, pueda obtener los sueños de tener el cuerpo de Eva Herzigova… jajajaa… tengo que modernizarme, mejor Yeesica Alba jajajaja

Utópico, me había olvidado a propósito del lycra… material de las pesadillas del buen gusto jajajajajaj no se si alguna vez viste, esos enterizos que van desde la rodilla y terminan como remera? Y todo en lycra? Dios nos libre de regresar a ese material jajajjajja cuidado con los independentistas de tu cuerpo jajajaja

utópico dijo...

mejor angelina jolie!!

Vania B. dijo...

No, Angelina Jolie tiene las piernas demasiado flacas para mi gusto.

Yendo al tema, disfruté mucho tu post. Lo que definitivamente no disfruto es el Gym. Ya ni me acuerdo cuando fui por última vez, y eso que tengo un gimnasio en el piso 2 de mi oficina. Ni así ché.


Te dejo un abrazote.

Lilyth dijo...

Utopico, Capsulita, estoy a punto de crear un método que determine el estado civil de una mujer basado en la percepción de Angelina Jolie…. Jjaajajajajjaja
Capsulita, ¡Chas gracias! En fin! el gym no esta hecho para todos…. jajajja

one of us dijo...

...¿y no te has planteado dejar el gimnasio y dedicarte de lleno a tus fantasías eróticas...? Quizás no pierdas peso, si eso lo que deseas, pero seguro que lo pasas mejor...jeje

Abrazos desde el sur... llegué a través de la Tasca sin nombre...y volveré...

Lilyth dijo...

One of us.... es el mejor consejo que he recibido jajaaja

Regresa cuando quieras! gracias por pasar!